¿De fuerza histórica a ideal olvidado?
Mucha gente piensa hoy en la masonería como un cuento de hadas, recordando un pasado en el que desempeñó un papel en grandes acontecimientos históricos que marcaron significativamente el curso de la humanidad. La Guerra de Independencia estadounidense, la Revolución Francesa y el Risorgimento italiano son los ejemplos más citados para demostrar cómo la masonería actuó para afirmar sus ideales. También suele recordarse que el Arte Real contó entre sus filas con destacados jefes de estado y de gobierno, parlamentarios, empresarios, artistas y otras figuras del mundo cultural. Estos recuerdos no son sólo de naturaleza festiva, sino que a menudo se contrasta el pasado -cuyas capas de tiempo tienden a resaltar sólo los aspectos positivos- con el presente, para subrayar cómo la masonería ha perdido aparentemente impacto y prestigio, hasta el punto de que incluso se plantea la cuestión de si sigue teniendo razón de existir. La afirmación de los principios masónicos, que antaño tuvo tanta resonancia, hoy corre el riesgo de ser tachada de mera utopía. Pero no son sólo los elevados ideales los que se tachan de utópicos; quizá hoy la masonería como institución sea vista por muchos de sus miembros como tal: como un “buen lugar” que al final se convierte en un “no-lugar”.
Fundamentos de la Francmasonería: Finalidad, Principios, Método
Refutar tal visión exige necesariamente reflexionar no sólo sobre los objetivos que persigue la masonería, sino también sobre los valores y principios en los que se fundamentan dichos objetivos, así como sobre el método por el que esos principios se transmiten a los miembros, para que puedan realizarse en la acción concreta. Así pues, nos encontramos ante una triple perspectiva de estudio para evaluar la consistencia y la sustancia reales de la Masonería en relación con una posible deriva utópica: – las razones y motivaciones que subyacen a su fundación, expresadas en los fines y objetivos que pretende alcanzar, que podemos resumir brevemente como los “fines de la Masonería”;
– los principios y valores que nutren y sostienen su acción, formando un cuerpo de identidad extraído de los mitos más antiguos de la humanidad, y representando el elemento distintivo y cualificador que la diferencia de todas las demás instituciones esotéricas e iniciáticas. Nos referiremos a ellos brevemente como “principios masónicos”;
– el sistema, es decir, el conjunto de ritos, leyendas, símbolos y grados a través de los cuales los principios masónicos son transmitidos e interiorizados por los miembros para que sirvan a la consecución concreta y adecuada de los fines de la institución. Nos referiremos a esto como el “método masónico”.
Propósitos, principios y método de la Francmasonería:
Propósitos, principios y método de la Francmasonería: cada uno de estos aspectos merece un examen minucioso en relación con su eficacia y concreción, y su funcionalidad real dentro de su campo de aplicación específico. Es decir, hasta qué punto el efecto producido está realmente en armonía con la causa, con el ideal que lo inspiró: si hay continuidad entre la intención y el resultado, o si por el contrario nos encontramos con una o varias desconexiones, con contradicciones que obstaculizan su realización real, y por tanto, en última instancia, si estamos ante una realidad o una utopía.
Hoy, reunidos aquí en Montebelli,
introducimos este tema de gran interés y relevancia, invitando a todos los Hermanos presentes y a todos los Hermanos de la Confederación a reflexionar sobre este tema -desnudando sus almas y cuestionando sus propias conciencias- ya que la pregunta fundamental sigue siendo: “¿Por qué quiero ser masón?”. Es a la luz de la respuesta como cada uno de nosotros define el ideal que encarna la Francmasonería y, por tanto, en cierto modo, su propia razón de ser. En breve escucharemos algunos discursos, que pretendemos recoger -junto con los que recibamos más adelante- en una publicación que se completará en el transcurso del año. Confío en que muchos de vosotros responderéis a nuestra llamada, pues la diversidad de puntos de vista es una riqueza para la Masonería, una especie de caos en el que lo que nace potencialmente puede hacerse realidad, mediante la dirección y el orden que la sabiduría de nuestro Arte despliega al canalizar las libres expresiones de las conciencias individuales.
Nos gustaría que emergiera la esencia misma de la masonería
– su razón de ser más profunda, su carácter universal capaz de atravesar siglos de historia sin traicionar su misión ni su identidad, libre de la nostalgia del pasado y del miedo al futuro. Esperamos que quede clara la respuesta a la pregunta «¿Por qué la Masonería? No para reformarla o refundarla, sino para reafirmar y centrarnos en los elementos que caracterizan y vitalizan la acción masónica, más allá de las contingencias históricas y de los aspectos temporales imperantes. Somos conscientes de las muchas «almas» de la Masonería, pero también reconocemos que su origen, su historia y su naturaleza esotérica deben caracterizar fuertemente su identidad y, en consecuencia, la propia formación de sus miembros. Es esta naturaleza la que le permite adoptar una perspectiva que no esté dictada por intereses particulares, por la necesidad de conservar el poder, de imponer un modelo social o económico, o de defender una fe específica. Liberado de las cargas y pasiones del mundo profano, el francmasón puede dar a su vida un sentido más alineado con las virtudes y valores profundamente conectados con la naturaleza humana más verdadera, y convertirse en portador de estos valores para que toda la humanidad pueda beneficiarse.
¿Puede considerarse utópico un ideal así?
¿O sólo lo es para quienes, cegados por años de servidumbre, ya no pueden reconocer el poder del pensamiento libre y su capacidad para actuar sobre el espíritu de la humanidad? Reunir nuestras reflexiones será, pues, una forma de dar voz a ese pensamiento, con la esperanza de que pueda despertar otras conciencias. Hubo un tiempo en que la masonería luchó por afirmar los principios de libertad, igualdad y fraternidad que se negaban a gran parte de la humanidad. Pero tales valores no son alcanzables ni definibles en términos fijos de una vez por todas: la vigilancia y la refutación de cualquier forma de pensamiento oscurantista y autoritario que pretenda imponer una verdad partidista destinada a subyugar a los individuos sigue siendo una cuestión muy relevante, y puede que lo sea aún más en el futuro, dados los numerosos retos a los que debe enfrentarse la humanidad. Al pedir a sus miembros que abracen y profesen estos principios de libertad, igualdad y fraternidad, la Masonería no los confina en fórmulas fijas y dogmáticas, sino que confía a la conciencia de cada masón el deber de refinar constantemente su significado y su valor. Comprender claramente el sentido y el alcance de esta afirmación puede parecer utópico para algunos, pero para otros, puede ser uno de los muchos pasos a lo largo del difícil camino que conduce a la Luz.
Teniendo esto en cuenta, gracias por tu atención.
Amén
Un hermano de Italia