El Encuentro virtual I

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¡Estimado lector en la forma apropiada de saludo!

«Libertad, Igualdad, Fraternidad» es el lema que resalta en nuestros Templos, valores universales que compartimos con el mundo profano, un espacio de idealidad común en el que se forman las piedras del Templo de la Humanidad, las trabajadas a la luz del método de la Masonería y las trabajadas a la luz de los otros Caminos que, como el nuestro, pretenden el perfeccionamiento de los individuos: no somos los mejores hombres pero trabajamos para ser mejores hombres, y somos los guardianes del lema «Libertad, Igualdad, Fraternidad», no los únicos dueños, nuestro deber es trabajar para que un día sea una práctica común de toda la humanidad.

Vivimos en un tiempo de crisis, histórica y global, y en este tiempo todos sufrimos un retroceso de la Libertad y todos sacrificamos, en el altar del bien común, jirones de ella; y en este tiempo, aunque iguales ante el virus (porque es absolutamente indiferente a nosotros y a nuestros destinos), las personas no tuvieron ni tienen las mismas oportunidades de cuidado y asistencia (y toda crisis exacerba la desigualdad).

Como toda crisis, también ésta, por profunda que sea porque es mundial, nos devolverá un mundo diferente: ¿será un mundo mejor? ¿O será peor? Puede ser uno u otro, o uno de los muchos posibles entre uno y otro, cada uno accesible a través de una puerta diferente, y ese mundo dependerá de la puerta que atravesemos.

Es una época de crisis, grabada de forma indeleble en nuestra vida cotidiana, esculpida en la memoria de todos nosotros; pero krisis significa «elección», la semilla de la esperanza que, si queremos, nos guiará hasta la puerta más estrecha, la que, casi invisible entre las demás, se abre ofreciéndonos la oportunidad de un mundo mejor, libre de superestructuras racionales, emocionales, económicas, sociales y políticas, ¡y por tanto fundamental!

Lo fundamental es la Vida, la Vida de todo Hombre, y todo lo demás es relleno: «Lo que te es odioso, no lo hagas a tu prójimo». Todo lo demás son comentarios. Y ahora vete a estudiar» (Hillel el Viejo), porque aún nos queda tanto por aprender…

Por tanto, esta crisis nos devolverá un mundo mejor si somos capaces de elegir la puerta estrecha de la Solidaridad, la puerta que muchas personas ya han cruzado en este tiempo, no héroes sino hombres entre los hombres, y por tanto aún más valientes.

Solidaridad entre los individuos, Solidaridad entre los grupos sociales, Solidaridad entre los pueblos, ser hombres entre los hombres: «Llevo la alegría en mi corazón desde que soy hombre. Permanezco en la alegría al atardecer y en el canto al amanecer» (Moses Mendelssohn).

Meditemos, por supuesto, pero también operemos, mente y corazón, recto pensamiento y recta acción, pues si la razón habla, la indiferencia y el egoísmo y el engaño y el fanatismo actúan: arremanguémonos, Hermanos, sigamos haciéndolo y con nuestras convicciones, como Hombres formados en el método de la Masonería, y junto con los Hombres que siguen otros Caminos de perfección, trabajemos para que, si el siglo XIX ha sido el Siglo de la Libertad y el siglo XX el de la Igualdad, que este siglo sea el de la Fraternidad.

Y ya no seremos individuos solos, si sabemos ser, todos y entre todos, Hombres libremente iguales, igualmente hermanos, fraternalmente libres.

Y nadie se quedará atrás, si sabemos hacer que cada uno reconozca en el otro a un Hombre, fraternalmente igual, igualmente libre, y también, si así lo quiere y si así está escrito, libremente Hermano.

Cuida de todos vosotros y de vuestros seres más queridos. Cuida de todos.

Eso dije yo…

Antonio Cuomo
Gran Maestro
Gran Logia Nacional de Masones de Italia 1805